jueves, 6 de septiembre de 2012

Metro hasta el Hospital Militar

por Francisco Olea
concejal de La Reina
 
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Santiago esta “estresado” y colapsado en superficie. Alternativas viales como la construcción de Autopista Vespucio Oriente en subterráneo, han sido postergadas. Los daños colaterales de esta realidad para un Área Metropolitana de Santiago (AMS) con cerca de 5 millones de habitantes son parte del debate y análisis de posibles soluciones, tanto a mediano como a largo plazo.

 

 
La experiencia internacional demuestra que una opción de futuro para el AMS es el desarrollo de una densa red de Metro. Por ejemplo, si consideramos el número de habitantes que transporta al día, la superficie que abarca, la cantidad de estaciones y líneas, podemos destacar a ciudades como Londres Inglaterra), París (Francia), Moscú (Rusia), Tokio (Japón), Nueva York (EEUU), Beijing (China). Entonces -qué duda cabe- Metro es una alternativa moderna, limpia y segura para millones de ciudadanos.
 
En este panorama, la empresa de transporte de pasajeros METRO S.A. dio a conocer recientemente la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que corresponde a la Etapa Uno de su proyecto de Línea 3, denominado “Piques y Galerías”. Esto es, la exposición a la comunidad de los efectos en la construcción de piques y sus correspondientes galerías en 40 puntos de Santiago. Lo que permitirá en la siguiente etapa (2) la realización de la obra de futuras estaciones y túneles que -en su trazado- conectarán con 4 líneas de la actual red y con la futura (Línea 6). Una iniciativa altamente valorada y esperada por miles de usuarios.
 
La comunidad de La Reina, en un acuerdo transversal y de fuerte sello comunitario, acordó solicitar la extensión de esta línea hasta el Hospital Militar de Santiago, lo que significa extenderla algo así como un kilometro más hacia la codillera de Los Andes.
Los argumentos de esta demanda han sido varios. En primer lugar, que el sistema de Metro es un medio de transporte usado por millones de pasajeros en las ciudades cosmopolitas y globalizadas. Este medio es capaz de transportar a un número infinitamente mayor que otro transporte público. Sin ir más lejos, en Santiago traslada a más de 2 millones de personas al día con tiempos de viaje menores que el transporte de superficie, aportando con ello a la mejora en estándares de calidad de vida en familias y hogares.
 
En segundo lugar, Metro permite una conexión más integrada, en tanto tiene acceso para personas con movilidad reducida, guarderías de bicicletas y servicios a usuarios en sus estaciones. Como valor agregado se puede mencionar el arte y la cultura en el diseño y entorno, ejemplo de ello son las exposiciones de reconocidos artistas como Roberto Matta o Guillermo Muñoz Vera.
 
Como tercer argumento podemos señalar que, el diseño de ingeniería presentado se proyecta desde Conchalí hasta Av. Larraín con calle Valladolid. Dicho “remate” no fue consultado a la comunidad de la zona correspondiente al sector de Tobalaba con Larraín que tiene escasa capacidad vial y que está “estrangulado” por flujos viales de alta frecuencia de transporte. Por ende, las nuevas cargas vehiculares afectarían negativamente un sector de sello residencial, cohesionado, baja densidad, de baja altura y sin vías expeditas de conexión.
 
Cuarto, el Hospital Militar de Santiago (HMS) -ubicado en Avenida Larraín 9100- es el principal centro clínico del Ejército de Chile y cuenta con todas las tecnologías para entregar la mejor atención a sus pacientes. Su infraestructura así lo demuestra: 305 camas de hospitalización, 12 camas de Neonatología, 23 camas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), 17 camas en la Unidad de Tratamientos Intermedios (UTI), 54 salas de procedimientos, 119 boxes médicos, 2 pabellones de cirugía menor, 10 pabellones quirúrgicos, 2 Pabellones Gineco-obstétricos, Helipuerto, Anfiteatro, Auditórium y salas de clases. El HMS está abierto a la comunidad y posee una serie de convenios con Fonasa, Isapres y otras instituciones, por lo que es factible elaborar un diseño definitivo de “remate” la línea 3 que potencie a esta mega obra.
Quinto, hemos indicado que en las cercanías del HMS existen paños y predios que acogen desde el punto de vista espacial, las condiciones territoriales objetivas de la extensión de este transporte público. A ello se suman razones poderosas para una estación terminal, como son, la localización de Villa La Reina, el parque industrial, subcentros comerciales en desarrollo, acceso al parque Mahuida, los flujos de sectores residenciales de comunas como Peñalolén y La Florida.
 
Sexto, una definición estratégica del diseño de ingeniería, es vital. Todo indica que la estación terminal debe adentrarse en nuestra comuna y proyectar todos los aspectos técnicos y financieros necesarios. En la primera fase se construirán los piques y las galerías, pero se avanzará secuencialmente con los túneles y estaciones, cuya inversión estimada es de unos 180 millones de dólares. Esto es una inversión pública y no un gasto.
 
Séptimo, el trazado y las estaciones definitivas fueron anunciados en julio del año 2011. Esta magnífica obra se proyecta en 36 meses de construcción, cruzando seis comunas y abarcando un área total cercana a las 9,3 hectáreas en la instalación de faenas. En esa oportunidad se planteó estudiar la extensión hasta HMS, lo que está sin respuesta a la fecha. Muy preocupante para nuestros contribuyentes y vecinos.


 
 
Octavo, también queremos aportar con el marketing de la ciudad, sus iconos y postales de identidad. Por lo anterior, es de nuestro interés reconocer e integrar a nuestra Violeta Parra, bautizando la estación terminal o una de ellas con el nombre de esta memorable canta-autora que pasó sus últimos días en la llamada “Carpa en La Reina”.
Noveno, desarrollar e implementar estacionamientos de bicicletas en superficie un aspecto de pleno beneficio de nuestra comunidad que amplía la conectividad y extensión de Metro hacia ciclo vías y parques de la comuna.
 
Santiago necesita urgente “soñar y pensar su futuro”, es decir, generar las condiciones e incentivos para su desarrollo urbano, su función social y económica, el rescate de su memoria y patrimonio, su medio ambiente y ordenamiento territorial. Como postulamos en esta nota, las decisiones sobre nuestra ciudad, siguen enfrentando mucho azar e incertidumbre, imprevisibles obstáculos e incomprensibles fuerzas inerciales que obstaculizan un desarrollo urbano sustentable.
 
Finalmente, enfrentar este dilema de conectividad es inevitable. Por muy ardua y espinosa que sea la tarea de extender el Metro hasta el Hospital Militar de Santiago, sigue siendo urgente e imperativo.
 
 
 
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