sábado, 9 de julio de 2011

¿Qué pasó con Las Tres Gracias?



En pleno barrio declarado zona típica, en una calle adoquinada, de flujos peatonales, ejecutivos de traje y transeúntes se preguntan ¿qué pasó con esta fuente de agua?


por Francisco Olea L.


ver:

http://www.lanacion.cl/que-paso-con-las-tres-gracias/noticias/2011-07-07/160433.html




“Las Tres Gracias”, conocida como la fuente de agua localizada en la calle Nueva York, pleno barrio histórico de Santiago, fue derribada accidentalmente por un camión en el mes de marzo de este año. A la fecha, nada sabemos de su destino. No hay señalética, ni menor referencia de su paradero.

Una tarima patética cubre el lugar donde se localizaba esta copia de bronce de “Las Tres Gracias”, cuyo origen data del siglo XIX y fue fabricada por la fundición francesa JJ Ducel et Fil. La obra original fue desarrollada en la época de Napoleón III, por Germain Pilon, nacido alrededor de 1528 en París y muerto en 1590. Uno de los más destacados escultores franceses del Renacimiento.

Homero escribió que “Las Gracias” formaban parte del séquito de Afrodita. En la mitología griega, las “Cárites o Gracias” eran las diosas del encanto, la belleza, la naturaleza, la creatividad humana y la fertilidad. Habitualmente se consideran tres, de la menor a la mayor: Aglaya (“Belleza”), Eufrósine (“Júbilo”) y Talía (“Festividades”). También, Las Cárites solían ser consideradas hijas de Zeus y Eurínome, y estaban asociadas con el inframundo y los misterios eleusinos (ritos de iniciación de las diosas agrícolas).

A miles de años y desde otro tiempo -el actual- en pleno barrio declarado zona típica, en una calle adoquinada, de flujos peatonales, ejecutivos de traje y transeúntes se preguntan ¿qué pasó con esta fuente de agua?. La postal Santiaguina, referencia de tours y guías turísticas, aún no tienen una respuesta concreta.

Paradojalmente, las tres calles principales de esta zona forman una Y griega. En este paisaje que tiene como trasfondo un histórico y estilizado conjunto arquitectónico, destaca el edificio de la Bolsa, sede de sus operaciones, construido entre 1913-1917 por el arquitecto Emile Jecquier (declarado Monumento Nacional en 1981) y fue construido en terrenos que pertenecieron a las monjas Agustinas. Su arquitectura de clara inspiración renacentista francesa, cuenta con una planta de diseño triangular.

También en este lugar se encuentran edificios que albergan no menos importantes instituciones. A la entrada por la Alameda esta el histórico “Club de la Unión”, tradicional centro de reunión de la elite nacional, data de los años 1917-25, asimismo, el restaurante “La Unión Chica”, punto de encuentro de la bohemia Santiaguina. El edificio Ariztía, encabezando la vista desde la Alameda, forma la intersección de las calles Nueva York y La bolsa y es uno de los primeros edificios en altura que se construyo en nuestro país.

Destaca en la esquina de Bandera con calle La Bolsa, el ex Hotel Mundial, construido a medianos de 1925 y funcionó como tal hasta el año 1975. Al interior de estas calles, aún se encuentran algunos locales comerciales, como oferta exclusiva para ejecutivos de la bolsa y bancos. Relevar además locales de larga data como los timbres “Garetto”, a quienes se les debe que en Chile sea el único país donde se les diga “timbre”, a los sellos de goma. Lo anterior, es producto que el primer local fue bautizado como "Timbri", que en italiano significa "sello de goma".

El pool de edificios de altura, de marcada tendencia europea, y un trazado de calles fuera de lo conocido cambiaron el paisaje del centro y entregaron un pequeño escenario que enorgullece a los santiaguinos. Sin embargo, sus administradores nada han dicho sobre este verdadero atentado a la historia y sello urbanístico: la desaparición de “Las Tres Gracias”.

Bajo este lamentable daño al patrimonio ¿qué podemos hacer o demandar los ciudadanos?:

Quizás en primer lugar, promover que el día del Patrimonio Cultural (instaurado el año 2000) y cuyo objetivo es realizar jornadas de reflexión sobre los valores, rol y significado de nuestra herencia cultural, asuma y considere esta “nueva y vieja” problemática.

En segundo lugar, que la difusión de los bienes que integran nuestra bitácora cultural, reflexione sobre su mantención, vulnerabilidad y la responsabilidad que nos compete a todos en su cuidado, protección y reparación. Oportunidad para rescatar e invertir en lugares, inmuebles, edificios o piezas, como la mencionada en la ciudad de Santiago.

Y tercero, promover acciones públicas/privadas para el rescate de la memoria urbana y cultural, ejemplos como los murales de Nemesio Antúnez, relevar el trabajo desarrollado sobre el escudo patrio en Tomás Moro, o la “Casa Michoacán” conocida como “La Hormiguita” en La Reina, son algunos ejemplos de estas urgencias. Otros casos abundan.

Finalmente, esperamos que en los próximos días conozcamos el paradero, restauración y vuelta de esta emblemática escultura y fuente de agua. Y como dice un viejo refrán africano, se puede esconder el fuego, pero ¿qué se hace con el humo?

(El autor es Concejal de La Reina)






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