ver:
http://blog.lanacion.cl/2012/06/19/la-falla-de-ramon-miedos-y-creencias/
Si Googleamos “Falla de Ramón” se postean cerca de 2.890.000 resultados en
0,32 segundos. Google, espacio público permite el acceso a cualquier ciudadano
conectado.
Para tratar de conocer qué es esta “Falla” en estos días, visitemos
Wikipedia, sitio virtual cuyo principal atributo es registrar “on line” todo lo
que la sabiduría popular cree o acepta como “verdad”.
Tal como señala Wikipedia el martes 19 de junio de 2012: “La falla de Ramón
se ubica a pocos metros bajo la superficie terrestre y tiene una extensión de 25
km en el sentido norte-sur. Se encuentra entre los ríos Mapocho y Maipo
bordeando todo el frente cordillerano de la ciudad de Santiago, cruzando las
comunas de Las Condes, La Reina, Peñalolén, La Florida y Puente Alto”.
El mismo enlace electrónico nos señala que, “sobre esta falla se han
construido colegios, casas, edificios, Universidades, el Reactor Nuclear de La
Reina y una planta de gas en Peñalolén. Debido a que se encuentra muy segmentada
y a poca profundidad puede originar un sismo superficial muy destructivo con una
magnitud de alrededor de los 7.0 Richter”.
Considerando otras publicaciones y varios reportajes en medios de comunicación nos atrevemos a señalar que, “cierto temor” por la Falla de Ramón en la zona oriente de Santiago se ha comenzado a socializar en la opinión pública. Algunos vecinos y organizaciones “creen” que un sismo en esta zona sería, a lo menos, catastrófico.
De manera un tanto difusa, uno puede señalar que esta es una época llamémosla “De Miedo”. Cuando algunos pensaban que los temores y las catástrofes quedarían atrás y los ciudadanos podríamos guiar nuestras vidas y dominar las inéditas energías económicas, sociales y naturales, un clima de ansiedad constante por los riesgos e incertidumbre de un fenómeno devastador parece estar instalado. Estos pueden llegar sin aviso previo, sin ton ni son. Los ejemplos abundan.
Los antecedentes preliminares también consideran importantes esferas como la
plusvalía y condiciones del uso del suelo, por lo que sería aconsejable
minimizar la incertidumbre y convulsión. Una “fórmula” posible es enfrentar
estas realidades con información precisa, sin omisiones y tranquilidad.
Compromisos serios en estos ámbitos -tanto públicos como privados- son siempre
bienvenidos.
Todo parece indicar que la evidencia empírica y estudios académicos deben
plantear que esta “Falla Sísmica” es un factor de riesgo y miedo (y
viceversa).
El valor agregado de esta “cadena andina” es que, en los próximos días la
Universidad de Chile dará a conocer el estudio y análisis de la “Falla de
Ramón”. Ya era hora.
Entonces, el itinerario recorrido puede contribuir a la elaboración de una
carta de riesgo sísmico, en base a escenarios probabilísticos y formulas de
atenuación en nuestra ciudad. No olvidemos tampoco que el año 2002, el
interesante proyecto de Ordenamiento Territorial Ambientalmente Sustentable
(OTAS), incorporaba “las fallas precordilleranas a una carta de riesgo sísmico”.
Falto su revisión y discusión, pero se estimo que “fue muy cuestionada debido a
la diversidad de criterios para enfrentar esta problemática”. Tomemos nota.
Finalmente debemos considerar que las “creencias” no necesitan grandes
fundamentos. Por eso “son creencias”. Y vaya que impactan en la cada vez más
empoderada ciudadanía.
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